Public Statement by the Network of Anthropology Programs in Colombia

Public Statement by the network of Anthropology Programs in Colombia (Note 1)

Since April 28th thousands of Colombian citizens are protesting in many parts of the
country. In both rural and urban areas, the young and old, men and women have taken
to the streets – whether individually or collectively, as associations and organizations –
to demonstrate peacefully in discontent with the country’s situation. Exercising their
constitutional right to protest, workers, members of the LGBTQIA+ community,
peasants, afro-descendants, students, indigenous peoples and a myriad of social groups
are clamoring for the National Government to listen to their demands.

This movement has been met with disproportionate violence on the part of the Armed
Forces, from the use of lethal and so-called “non-lethal” weapons against protesters to
abusive force against both the State’s own Human Rights institutions and those of
international organizations including the UN mission. (Note 2).  In just one week, such violations
and attacks on the physical, emotional and mental integrity of Colombian citizens have
resulted in deaths, wounds and atrocities committed by the Armed Forces (Police, Riot
Police -ESMAD[Note 3] – and Army). While the exact number of victims (both fatal and nonfatal)
of the public powers’ violent and unrestrained use of force remains unknown,
preliminary evidence and information bear witness to the situation’s gravity and
magnitude. (Note 4).

As Colombian citizens and academics we call for dialogue and condemn all forms of
violence. We remain persuaded that no form of violence should be used, much less
when the demands are that fundamental rights are guaranteed. We invite those
participating in the marches to continue protesting through peaceful forms of expression
and we especially demand that the National Government cease the use of force against
democratic protests.

Neither militarized street action, military occupation of residential areas nor the use of
force against citizens, the stigmatizing of protests or any other form of violence is
admissible under the democratic rule of law. Democracy depends on the legitimacy of
its institutions and cannot survive unless individual and collective freedom and Human
Rights are granted by government. The unrestrained use of physical violence on the part
of public powers seriously undermines the legitimacy of the State.

Ample and expressive processes of social mobilization, such as those which gained
momentum in 2019 and those currently underway in our country constitute a legitimate
form of protest that should be addressed through dialogue. An open and effective dialogue that recognizes their legitimacy and is committed to opening up democratic
solutions. Dialogue is much needed to solve the conflicts undermining the peace
agreements, to prevent returning to glyphosate as a means of burning down coca
plantations with its damaging effects on all other plants and forms of life, and to stop
attacks on the leaders of social movements.

We demand that the National Government cease its military response to social
discontent, grant the demilitarization of cities, refrain from stigmatizing protesters and
does not turn to the state of siege as a means of re-establishing public order, (Note 4). We also
demand that inquiries are made into allegations of assassination, disappearance,
arbitrary detentions and sexual violence and that in Human Rights and International
Humanitarian Law are preserved in all circumstances. We require for clear and effective
channels to be opened up with protesters and social organizations.

As academics and university students we occupy spaces for the construction of
knowledge, reflection and critical analysis; for this very reason it is fundamental that we
raise our voice in the face of the unrestrained violence we witness on the streets. We
express our solidarity to all the relatives of people assassinated, disappeared or attacked
in the protests. Democracy is deliberative and grants the right to dissent, so we will
continue to contribute with public debates based on building the change that our country
needs.

May 4th 2021 14h30

Signed,

Colombian Society of Anthropology-ACANT
Department of Anthropology University of Andes
Department of Anthropology University of Antioquia
Anthropology Program of the University of Caldas
Department of Anthropology of the University of the Cauca
Anthropology Program of the University of Externado
Archaeology Program of the University of Externado
Anthropology Program of the Icesi University
Department of Anthropology of the Javeriana University, Bogotá
Department of Anthropology of the National University
Anthropology Program of the University of Rosario
Anthropology Program of the University of Santander

 

Pronunciamiento de la RED de Programas de Antropología en Colombia

Desde el pasado 28 de abril, miles de ciudadanos y ciudadanas colombianos se han manifestado en diferentes lugares del país. Tanto en áreas rurales como en centros urbanos, jóvenes y adultos, mujeres y hombres –de manera individual o desde asociaciones, colectivos u organizaciones– han salido a las calles para demostrar con un sinnúmero de expresiones pacíficas su descontento ante la situación del país. En este ejercicio del derecho constitucional a la protesta, obreros, sectores de la comunidad LGBTIQIA+, campesinos, afrodescendientes, estudiantes, indígenas y otros tantos segmentos de la sociedad, han reclamado al Gobierno Nacional que sus demandas sean escuchadas.

Como respuesta a estas movilizaciones sociales, se han recibido tratos desmedidos por parte de la Fuerza Pública, que van desde el uso de armas letales y “no letales” en contra de los ciudadanos marchantes (y no marchantes), hasta abusos en contra de organismos de Derechos Humanos tanto del propio Estado, como de organizaciones internacionales como es el caso de la misión de la ONU. (Note 2). Luego de siete días, el saldo de estas violaciones, abusos y atentados en contra de la integridad física, emocional y mental de los ciudadanos se ha traducido en muertes, heridas y otros hechos cometidos por la Fuerza Pública (Policía, ESMAD [Note 3]y Ejército). Se desconoce aún el número de víctimas (mortales y no mortales) a causa del uso violento y desmedido por parte de la Fuerza Pública; no obstante, las evidencias y la información preliminar, se convierten en testimonios de su gravedad y magnitud. (Note 4).

Como ciudadanos y como académicos, convocamos al diálogo y condenamos todas las formas de violencia. Reiteramos nuestra convicción en que ninguna forma de violencia debería ser ejercida y mucho menos allí donde se reclame la vigencia de derechos. Invitamos a quienes participan de las marchas a mantener siempre las vías pacíficas de expresión, pero, sobre todo, exigimos al Gobierno Nacional el cese en el uso de la fuerza en contra de las manifestaciones ciudadanas.

Ni la militarización de las calles, ni la ocupación militar de áreas residenciales, ni el uso de la fuerza contra los ciudadanos, ni la estigmatización de la protesta, ni ninguna forma de uso de la fuerza en contra de la población civil son admisibles en un Estado de Derecho. La democracia depende de la legitimidad de sus instituciones y solo pervive en tanto las libertades y los Derechos Humanos sean garantizados por los gobiernos. El uso desmedido de violencia física por parte de la Fuerza Pública en contra de las manifestaciones ciudadanas socava la legitimidad del Estado.

Los amplios y crecientes procesos de movilización social, que tuvieron un punto álgido en noviembre de 2019, y aquellos vividos en el país en los últimos días constituyen una forma legítima de protesta, que debe ser atendida mediante el diálogo. Un diálogo abierto y efectivo, que reconozca la legitimidad de la protesta y abra mecanismos para la solución democrática de los conflictos sociales acrecentados por el desmonte de los acuerdos de paz, el retorno del glifosato y el ataque a los líderes sociales, entre otros.

Exigimos al Gobierno Nacional el cese de la respuesta militar al descontento social, la desmilitarización de las ciudades, la no estigmatización de los manifestantes, y la no declaración de estado de excepción bajo la premisa de la restauración del orden público.3 Exigimos, además, que se realicen las respectivas investigaciones en los casos denunciados de asesinatos, desapariciones, detenciones arbitrarias, violencias sexuales y, en todo caso, el estricto respeto por los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Así mismo, invitamos a que se creen los canales claros y efectivos para el diálogo amplio y participativo con los manifestantes y las organizaciones sociales.

La academia y las universidades somos espacios de construcción de conocimientos, de reflexión y análisis crítico; por esta razón es imperativo levantar nuestra voz ante la violencia desmedida que estamos viendo en las calles. Nuestra solidaridad con todas las familias de personas que han sido asesinadas, desaparecidas y agredidas en medio de la protesta. La democracia es deliberación y derecho al disentimiento, por eso seguiremos contribuyendo con los debates públicos y argumentados en función de la construcción de los cambios que nuestro país necesita.

4 de mayo de 2021, 2:30 pm

Firman,

Asociación Colombiana de Antropología – ACANT
Departamento de Antropología Universidad de los Andes
Departamento de Antropología Universidad de Antioquia
Programa de Antropología de la Universidad de Caldas
Departamento de Antropología Universidad del Cauca
Programa de Antropología de la Universidad del Externado
Programa de Arqueología de la Universidad del Externado
Programa de Antropología de la Universidad Icesi
Departamento de Antropología Universidad Javeriana, Bogotá
Programa de Antropología de la Universidad de Magdalena
Departamento de Antropología Universidad Nacional
Programa de Antropología de la Universidad del Rosario
Programa de Antropología de la Universidad de Santander
Programa de Antropología de la Universidad Surcolombiana

 

Pronunciamento da RED de Programa de Antropologia na Colômbia (Note 1)

Desde o último 28 de abril, milhares de cidadãs e cidadãos colombianos estão se manifestando em diferentes lugares do país. Tanto em áreas rurais como em centros urbanos, jovens e adultos, mulheres e homens – de maneira individual ou associativa, coletiva ou organizacional – saíram às ruas para demostrar de forma pacífica seu descontentamento com a situação do país. Ao exercer seu direito constitucional ao protesto, trabalhadores, setores da comunidade LGBTQIA+, camponeses, afrodescendentes, estudantes, indígenas e outros tantos grupos da sociedade, exigem que o Governo Nacional escute suas demandas.

A resposta a estas mobilizações tem sido uma violência desmedida por parte da Forças Nacionais, desde o uso de armas letais e “não-letais” contra manifestantes (e não-manifestantes) até abusos cometidos contra órgãos de Direitos Humanos do próprio estado e de organizações internacionais, como é o caso da missão da ONU5. (Note 2). Em sete dias, o saldo de tais violações, abusos e atentados contra a integridade física, emocional e mental dos cidadãos pode ser visto em mortes, ferimentos e outras atrocidades cometidas pelas Forças Nacionais (Polícia, ESMAD[Note 3] e Exército). Ainda é desconhecido o número de vítimas (fatais e não-fatais) das ações violentas e desmedidas do Poder Público; não obstante, evidências e informações preliminares se transformaram em testemunhos da gravidade e magnitude da situação. (Note 4).

Como cidadãos colombianos e acadêmicos, chamamos para o diálogo e condenamos todas as formas de violência. Reiteramos a nossa convicção de que nenhuma forma de violência deveria ser usada, muito menos quando se exige que direitos sejam garantidos. Convidamos aos que participam das marcham que continuem protestando por meio de formas pacíficas de expressão e, sobretudo, exigimos que o Governo Nacional cesse o uso da força contra manifestações democráticas.

Nem a militarização das ruas, a ocupação militar de áreas residenciais, o uso de força contra cidadãos, a estigmatização de protestos, nem qualquer outra forma de uso da violência contra a população civil é admissível em um Estado de Direito. A democracia depende da legitimidade de suas instituições e apenas pode sobreviver quando as liberdades (de expressão, individuais e coletivas) e os Direitos Humanos são garantidos pelos governos. O uso desmedido de violência física por parte do Poder Público contra manifestações civis prejudica a legitimidade do Estado.

Processos de mobilização social amplos e expoentes, que tiveram seu auge em novembro de 2019 e aqueles vividos no país nos últimos dias, configuram-se como uma forma legítima de protesto que deve ser atendida por meio do diálogo. Um diálogo aberto e efetivo que reconheça sua legitimidade e se comprometa a abrir canais de soluções democráticas daqueles conflitos sociais aumentado ao desmonte de acordos de paz, o retorno do glifosato e o ataque a lideranças de movimentos sociais, dentre outros.

Exigimos que o Governo Nacional cesse a resposta militar ao descontentamento social, garanta a desmilitarização das cidades, não produza a estigmatização dos manifestantes e não declare estado de exceção sob a premissa de que irá restaurar a ordem pública7. Exigimos, ainda, que sejam investigadas as denúncias de assassinatos, desaparecimentos, detenções arbitrárias, violências sexuais e que se respeitem, em todos os casos, os Direitos Humanos e os Direito Humanitário Internacional. Pedimos também que sejam criados canais claros e efetivos de diálogo amplo e participativo, compostos por manifestantes e organizações sociais.

Enquanto acadêmicos e universitários, ocupamos espaços de construção de conhecimentos, reflexão e análise crítica; por esta razão, é fundamental que levantemos a nossa voz diante da violência desmedida que estamos vendo nas ruas. Expressamos a nossa solidariedade a todas as famílias das pessoas assassinadas, desaparecidas e agredidas nos protestos. A democracia é deliberativa e garante o direito a discordâncias, por isso seguiremos contribuindo com debates públicos que sejam baseados na construção das mudanças que nosso país necessita.

4 de maio de 2020, 14h30

Assinam,

Asociación Colombiana de Antropología – ACANT
Departamento de Antropología Universidad de Andes
Departamento de Antropología Universidad de Antioquia
Programa de Antropología de la Universidad de Caldas
Departamento de Antropología Universidad del Cauca
Programa de Antropología de la Universidad del Externado
Programa de Arqueología de la Universidad del Externado
Programa de Antropología de la Universidad Icesi
Departamento de Antropología Universidad Javeriana, Bogotá
Departamento de Antropología Universidad Nacional
Programa de Antropología de la Universidad de Magdalena
Programa de Antropología de la Universidad del Rosario
Programa de Antropología de la Universidad de Santander

Note 1: Thanks to Pedro Fermin for providing this English translation and to Maira Vale for the Portuguese translation.

Note 2: https://www.elheraldo.co/colombia/denuncian-ataque-contra-la-comision-de-la-onu-en-cali-814425

See also https://www.eltiempo.com/justicia/investigacion/procuraduria-abre-indagacion-por-ataque-a-comision-humanitaria-en-cali-585828

https://www.semana.com/nacion/articulo/funcionarios-de-la-defensoria-del-pueblo-de-la-procuraduria-y-de-organizaciones-de-dd-hh-fueron-amenazados-por-la-fuerza-publica/202119/

Note 3: The riot control squad ESMAD constitutes a separate branch of the Colombian National Police.

Note 4: https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/paro-nacional-2021-balance-tras-cuatro-dias-de-protesta-en-colombia-585351

https://www.elespectador.com/noticias/nacional/paro-nacional-temblores-hace-el-balance-de-la-violencia-policial-durante-las-protestas/

https://www.elespectador.com/noticias/nacional/nicolas-guerrero-brayan-nino-y-otras-16-victimas-mortales-del-paro-nacional/?utm_source=Icommarketing&utm_medium=email&utm_content=El+Despertador+04-05-21&utm_campaign=Icommarketing+-+Suscripciones+-+El+despertador+4-5-21